Caso Ludmila: las razones de los jueces para absolver a la madre
El tribunal de la Séptima Cámara consideró que Fernanda Páez era víctima de violencia psicológica, física y económica.
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(FUENTE EL SOL) El 3 de junio la Tercera Cámara del Crimen dio a conocer la sentencia por la cual condenaban a perpetua a Gabriel Villegas (22) acusado de matar a golpes a su hija Ludmila de un mes. Por el mismo hecho absolvieron a la madre de la pequeña, Fernanda Páez (22).
Lo que llamó la atención del fallo fue que la fiscalía había solicitado la pena máxima para la mujer, acusada de homicidio por omisión, mientras que la defensa pidió 13 años. Por el contrario los tres jueces de la Cámara – María Belén Salido, Agustín Pedro Chacón y Gabriela Urciuolo- consideraron que la joven no debía ser condenada ya que al igual que Ludmila era una víctima, tanto de Villegas como del sistema.
En los fundamentos dados a conocer, los jueces indicaron que “la prueba de este proceso sólo arroja algunas seguridades, pero en su gran parte abre espacio a cavilaciones irresolubles”.
De esta manera se basan en las declaraciones de los testigos escuchadas durante el debate y en las distintas denuncias que realizó la joven contra su entonces pareja.
“Fernanda Páez nació en el seno de una familia humilde, tiene escasos estudios y un rendimiento intelectual normal lentificado, conforme a la pericia psicológica. No salía sola a ningún lado”, precisan.
Asimismo se refieren a que la joven ni siquiera podía concurrir al médico sola para hacerse controles de su embarazo. Tal es así que en una consulta Villegas le impidió desvestirse frente a su médico.
Páez no trabajaba, se encargaba de cuidar a sus hijos y del hogar, por lo que también era dependiente económicamente de su pareja, lo que generaba una “violencia económica, que es otra manifestación de la violencia de género”.
En cuanto a la violencia física, la madre de la joven precisó que un día escuchó cuando Fernanda y Gabriel discutieron adentro de la casa, que la joven gritó “soltame”, y que luego escuchó un ruido como un golpe como si le hubieran pegado a alguien una piña y que entonces salió la hermana de Gabriel y le dijo que Fernanda no iba a salir porque estaba llorando.
La joven había relatado en más de una oportunidad que Villegas le pegaba a ella y a su bebé y que la tenía amenazada. Por esto, su cuñada denunció la situación.
Así, narró que un día Gabriel la tiró contra la cama, le puso la almohada en la cara y la quiso asfixiar.
Por estos hechos, para los jueces el Estado estaba al tanto de lo que ocurría y contaba con herramientas de prevención, pero aún así no hizo nada, por lo que consideraron que “no se mostró muy activo o muy diligente”. A razón de esto, solicitaron que la Suprema Corte y la Procuración tomen conocimiento del modo en que actuaron las distintas oficinas dependientes del Poder Judicial. En este punto se oponen a lo argumentado por el ministerio público -en manos de Fernando Guzzo y Fernando Giunta- quienes remarcaron que no hubo falencias en los órganos estatales y que al conocer los hechos de violencia le quitaron la custodia del hijo mayor de Páez.
Con todo esto, para el tribunal se deduce que Fernanda Páez era víctima de violencia física, psíquica, social y económica de parte de su pareja, Ángel Gabriel Villegas y que esa violencia condicionó su ámbito de autodeterminación en el momento del hecho y también en el previo y posterior.
Por esto la absolvieron y ordenaron su inmediata liberación. La fiscalía, en tanto, disconforme con el fallo, casará la sentencia.
(FUENTE EL SOL)