Condenaron a penas de entre 7 y 9 años a una banda narco que transportaba marihuana
Se trata de una organización que traía la droga desde el norte del país para acopiarla en Mendoza y luego llevarla a Chile para revenderla. Seis hombres fueron hallados culpables. En total, incautaron 332 kilos fraccionados, en uno de los operativos más importantes del 2014. No le pudieron probar otro secuestro.
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(FUENTE: EL SOL) La Justicia Federal condenó a una organización narco con pata local que fue desbaratada a mediados de agosto del 2014 en el distrito Los Corralitos, en Guaymallén, mientras trasladaba en una camioneta más de 300 kilos de marihuana compactada que venían desde Paraguay y tenían como destino final Chile. En el banquillo de los acusados, desde principios de marzo hasta la finalización del proceso, estuvieron los seis procesados vinculados con el transporte de los estupefacientes fraccionados en ladrillos desde Misiones a Mendoza. Uno de ellos recibió 9 años de cárcel, y el resto, 7.
El proceso oral culminó después de que declararan todos los testigos y se desarrollaran los alegatos de las partes. La fiscalía entendió que los procesados estaban complicados en el tráfico de la droga y solicitó años de cárcel para todos ellos.
El tribunal coincidió en la culpabilidad y ventiló el fallo. De esta forma, Miguel Ángel Griffone, Miguel Ángel Espinoza, Luis Acosta, Lucas y César Leves y Fernando Panello terminaron sentenciados por el delito de comercialización de estupefacientes. Algunos son misioneros y otros mendocinos.
Todos estos hombres fueron vinculados con la banda que traía marihuana desde el vecino país norteño, la acopiaron en Guaymallén, y tenían la intención de transportarla a Chile para comercializarla, debido a que en ese país se llega a cuadruplicar su valor. Sin embargo, el 14 de agosto del 2014, un llamado a una comisaría departamental motivó un importante operativo de la Dirección de Inteligencia Criminal (DIC) y de Lucha contra el Narcotráfico que terminó con el decomiso de 24 bolsas de nailon que transportaban 623 ladrillos de marihuana, que hicieron un peso total de 332 kilos de marihuana, y la detención de nueve sospechosos. No todos llegaron al debate oral.
Ese llamado a la Comisaría 58ª, generó uno de los operativos de narcocriminalidad más importantes del 2014. Los efectivos de la DIC fueron notificados del cargamento y montaron guardia cerca de una casa ubicada en calle Milagros y Sáenz Peña. En ese lugar, la organización cargaba en una camioneta Ford-100 blanca los ladrillos de marihuana. Previamente, los estupefacientes habían sido descargados de un camión Scania que venía desde Misiones y estaba conducido por Miguel Ángel Griffone y acompañado por Luis Acosta y Lucas Leves.
Cuando terminaron de cargar la droga, emprendieron viaje en la camioneta, que era custodiada por otro vehículo, un VW Gol.
A 700 metros de la casa, los policias ya tenían preparado el operativo: les frenaron el paso y redujeron a todos los sujetos que se movilizaban en ambos rodados. Mientras se desarrollaba la requisa, otros policías se dirigieron a la vivienda y detectaron que se encontraban saliendo el Scania y otro auto, un Chevrolet Corsa.
También terminaron con su recorrido y detuvieron a otros hombres, César Oscar Leves y Miguel Ángel Espinoza. El semirremolque poseía 18 cavidades que simulaban un doble fondo. En el Corsa circulaba Ariel Panello, quien transportaba una balanza digital, dos pares de guantes de tela, dos cúters, cinco rollos de cinta de empaque marrón y dos de nailon amarillo. Los sospechosos identificados fueron a juicio y terminaron condenados.
Llamativo fue lo sucedido tres días después, cuando detectaron más marihuana en la misma casa que habían requisado los policías.
¿No sabían?
El jueves 14 de agosto se desarrolló la incautación de los 332 kilos de marihuana que habían sido acopiados en una casa de calle Milagros 8301, casi Sáenz Peña. Tres días después, el domingo, otro llamado “alertó” a la policía sobre más droga dentro de la casa. Cuando llegaron algunos detectives, hallaron 450 kilos de marihuana más en 29 bolsas de nailon.
Sobre la incautación reinaron tres hipótesis, algunas más creíbles que otras: que los policías que requisaron el jueves no detectaron ese importante cargamento en la pieza, que “se hicieron los distraídos” o que la banda volvió a dejar estupefacientes tras el primer secuestro.
(FUENTE: EL SOL)