Mendoza fue sede del Primer Congreso Nacional de Salud Mental en Educación
Durante dos jornadas profesionales, docentes y público presenciaron un encuentro que priorizó las necesidades de niños, niñas y adolescentes desde una visión integradora.
Con el objetivo de profundizar y abordar las temáticas que en la actualidad conciernen a la infancia y a la adolescencia, como etapas prioritarias del desarrollo de todo ser humano, se desarrolló en el espacio Arizu de Godoy Cruz el primer Congreso Nacional de Salud Mental en Educación.
El rol de la escuela, los derechos, la importancia de tejer redes y lazos entre distintos actores de la sociedad y las instituciones se sumaron a las temáticas centrales sobre las cuales los asistentes compartieron experiencias, reflexionaron y lograron nutrir su visión sobre la educación desde una mirada integral e integradora.
El congreso giró en torno a 5 grandes ejes/temáticas: Derecho de Infancias (El cuidado de las infancias); Redes y Lazos (el abordaje interinstitucional, acuerdos y desacuerdos de trabajos en la red de protección); Abordaje de los padecimientos subjetivos (Diferentes modos de mirar a las infancias); ESI y escuela (Género y diversidad sexual. Presencia de políticas institucionales de cuidado) y Estrategias Integrales y Colectivas (Acompañamiento de las trayectorias escolares).
La ministra de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza y Coordinadora del fuero de Familia fue parte de la mesa académica que realizó la apertura de este Primer Congreso Nacional. En su alocución destacó que “el ordenamiento jurídico en todo el país tiene un punto en común que es el interés superior del niño, niña y adolescente y este es el objetivo que une a todos los organismos del estado”.
Y remarcó que “es fundamental el trabajo en conjunto y coordinado de los todos los organismos del estado (Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial) para buscar la protección de los niños, niñas y adolescentes”.
Entre los disertantes se destacaron las ponencias de Luciano Grasso, especialista en salud mental comunitaria; la licenciada en Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires, Ana Campelo y la doctora en Filosofía y Ciencias Sociales Beatriz Greco, quien además es especialista en psicopedagogía y psicología. El Congreso contó con el aporte del doctor en psiquiatría infanto- juvenil, Juan Vasen, quien además es integrante del espacio de intercambio dedicado a las infancias a nivel Nacional.
El evento estuvo organizado por la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias Escolares (DOAITE), de la Dirección General de Escuelas (DGE). En sintonía con la meta establecida para fortalecer vínculos de trabajo en red entre los distintos organismos del Estado mendocino, que tienen incidencia en la garantía de los derechos de las infancias, el Congreso contó con el auspicio de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, el Ministerio Público Fiscal, la Cámara de Diputados de Mendoza, el Ministerio de Salud, la Municipalidad de Godoy Cruz y la Universidad Nacional de Cuyo.
Mirada a la vanguardia de las necesidades de la infancia
La mirada al abordar la salud mental de niños, niñas y adolescentes, se traslada bajo un concepto que deja de ser monodisciplinar para integrar una mirada interdisciplinaria. El desafío, por lo tanto, reside en brindar estrategias oportunas desde lógicas de cuidado y desde el paradigma de protección integral de derechos.
Claudia Dumé, psicopedagoga de amplia trayectoria es la subdirectora de la DOAITE. Destaca que la importancia de integrar diferentes voces en un Congreso viene a responder a una demanda y a una necesidad profunda de las infancias y de las familias, luego de la pandemia de COVID-19, que generó y agudizó múltiples situaciones de las cuales los niños, niñas y adolescentes no quedaron exentos.
“Después de la pandemia empezó a tener mayor relevancia el tema de la salud mental, dado que se empezaron a observar numerosas situaciones de crisis, angustias e incluso en relación a intentos de suicidio, en niños , niñas y adolescentes”, alertó la profesional y aclaró en este sentido que es clave dar prioridad al niño, niña o adolescente; creerle y dar espacio siempre a la escucha, al diálogo comprensivo, desde la empatía y no desde la imposición de autoridad.
Escuela y hogar: escenarios clave del desarrollo
Es que tanto en la escuela como en el hogar, Dumé considera que estas instancias en las que las infancias y juventudes se expresan deben existir mecanismos por parte de los adultos para acompañar el desarrollo, potenciar habilidades, establecer límites claros y dar pie a la detección de distintas vivencias que el niño o niña puede estar atravesando y/o padeciendo.
“En la medida en que podamos profundizar los conocimientos, podremos estar por un lado más capacitados y por otro lado también más conectados, ya que a través de las capacitaciones se generan encuentros, entre instituciones, entre profesionales que favorecen y fortalecen las redes. Por eso, esta iniciativa tiene que ver con esto, con este paradigma en el que estamos posicionados también con la trama social que consideramos un protector para los estudiantes”, expresó Dumé.
¿Qué estrategias se aplican en las escuelas para que el impacto que generó la pandemia en los chicos sea un poco más llevadero? Dumé detalla que posicionados en el paradigma de derechos, en todas las prácticas y decisiones se deben estar regidas por “El bien superior del niño”, el niño o niña tiene derecho a ser oído y que su opinión debe tenida en cuenta. También es importante respetar y acompañar sus iniciativas. Por eso destaca, los abordajes deben ser interdisciplinarios.
“Desde las aulas nosotros buscamos que se trabajen las lógicas de cuidado, que tienen que ver con esto, con la escucha, con la participación, con el protagonismo de los estudiantes para que ellos mismos puedan ser partícipes de su transformación o de su construcción”, explica la psicopedagoga y aclara que “la salud mental es un proceso, no un estado ideal”.
El modelo implementado en las escuelas
La escuela así, no es la única variable en este sentido ya que cada niño, niña o adolescentes es atravesado por múltiples factores. “La escuela propone un modo de acción pero también la vida de los estudiantes está atravesada por otros modelos. La familia, el barrio, la comunidad, la historia, la situación social impactan en el desarrollo. Los chicos necesitan de un adulto competente, un adulto que sea capaz de acompañar, que escuche y que pueda entender las necesidades e intereses, no un adulto que quiera callar, suplir, conformar u ocuparlos con un celular. El cuidado es una corresponsabilidad de todos los adultos y de las instituciones”, desliza la subdirectora de la DOAITE y recalca que las instancias de juego libre, de fomento a la creatividad y de espacios de aprendizaje son claves a la hora de establecer ese necesario vínculo saludable entre las infancias y los adultos responsables que intervienen en los diferentes escenarios, tales como el hogar, la escuela o el club.
Dumé destaca la importancia de las instancias que ha permitido la implementación de la Educación Sexual Infantil (ESI) en las escuelas. “Los chicos tienen que tener un espacio en el que puedan hablar, tienen que poder conocer, alguien les debe comunicar que hay cosas que no están bien y que si ellos están sufriendo, lo tienen que poder decir”, resalta la subdirectora de la DOAITE y aclara que desde la implementación de la ESI, se han develado numeroso casos de abuso y de maltrato.
“También la ESI tiene que ver con el buen trato, con el respeto, con la tolerancia. Implementar la ESI desde el nivel inicial fortalece a los chicos y a las chicas en el respeto mutuo. Debe tener una continuidad, por eso está incluida en la currícula”, profundiza y explica la trascendencia que guarda la aplicación de programas específicos en este sentido.