Infancias no hegemónicas: Reflexiones para resignificar nuestras prácticas
Identidades que existen y tienen el derecho de crecer y desarrollarse de forma sana e inclusiva, lejos de tratos discriminatorios o patologizantes.
Edición N° 3 · Julio · 2022
Recibimos a Fernanda Guevara, quien compartió abiertamente su testimonio como progenitora de una niña trans. La conversación fue fluida y amena. Nos contó sobre Celeste, su hija de siete años, súper curiosa y alegre con quien actualmente comparte su vida. Estas son algunas de las preguntas y respuestas que surgieron de un extenso y sincero diálogo sobre su experiencia.
– ¿Cómo te diste cuenta de que Celeste era una niña trans?
– Celeste comenzó a autopercibirse y a construir su identidad de género desde los dos añitos, a temprana edad como nos sucede a todes. Observamos como familia que ella era feliz si se pintaba las uñas, si utilizaba una tela simulando pelo largo, cuando jugaba con muñecas etcétera. Con el tiempo también pudimos ver que cuando le marcábamos que lo que elegía no era acorde a lo que se esperaba de ella, reaccionaba con violencia, impotencia y tristeza.
– ¿Cómo tomaste estas reacciones? ¿Qué pensabas?
– Después de un año y medio comencé a entender que lo que mi pequeña estaba manifestando no era un juego, que se trataba de algo más profundo. Busqué información por internet y di con videos sobre infancias trans. Me emocioné hasta las lágrimas porque entendí que mi hija podía ser una niña trans. Desde ese momento, comencé a acompañar desde el respeto y tratando de aprender algo que nunca me enseñaron y que incluso confundía con orientación sexual.
“Celeste... El color que la sociedad le imponía ahora lo reivindica en su nombre”
Fernanda
– ¿Cómo comienza el acompañamiento a Celeste?
– Antes de que fuera a pre jardín busqué orientación y conocimos al psicólogo de Diversidad y Género, que nos explicó sobre la temática y nos enseñó a acompañar respetuosamente. Sobre todo me asesoré de cómo debía accionar la escuela para respetar la transición de mi peque. Recibimos todo el apoyo del equipo de docentes y la apertura para aprender sobre infancias trans e identidad de género. Ese año participamos de una charla que dio Evelyn la mamá de Selena, una niña trans de Chile, y en ese espacio nos encontramos con otras familias que buscaban apoyo. Al poco tiempo se formó el Colectivo Acá Estamos (Colectivo de niñes, adolescentes trans, no binaries y familias). El verse reflejada en sus pares fue un impulso para afirmar su género.
– ¿Cómo surge la elección del nombre?
– Antes de terminar el año escolar, mi niña escuchó que la seño decía que Celeste además de ser un color era un nombre de nena. Eligió Celeste Valentina. Es curioso, porque el color que la sociedad le imponía ahora podía reivindicarlo y usarlo, pero esta vez para ser nombrada.
– ¿Cómo es Celeste? ¿Qué le gusta hacer?
– Desde pequeña le gustaba el arte, bailar, cantar, fue una niña muy inteligente, a los 4 años aprendió a leer sola. Hoy Celeste tiene 7 años y sus cualidades se acentúan aún más. Estas características coinciden con les niñes y adolescentes del Colectivo. Sobre todo el arte es una inquietud en común. Yo creo que este mundo binario y adultocentrista resulta muy hostil y violento, es por eso que elles necesitan expresarse, encontrarse en un espacio para compartir y crecer juntes.
– ¿Cuál es tu deseo para Celeste y otras infancias?
– Buscamos apoyo económico y un espacio físico para que les niñes y jóvenes puedan crecer y desarrollarse libres y felices. Muches pasan por situaciones difíciles en las instituciones educativas, y en algunos casos con sus familias. Es importante poder contar con ese espacio de contención. Exigimos más políticas públicas, que se dé ESI (Programa Nacional de Educación Sexual Integral) con perspectiva de género en las instituciones educativas y equipos de profesionales que estén a disposición para acompañar al Colectivo. Toda ayuda es bienvenida y valorada, es urgente nuestro pedido porque no podemos esperar el cambio social. Necesitamos dejar de lado el adultocentrismo y escuchar a las infancias y adolescencias con amor y respeto.
El año pasado pudimos hacer muchas actividades con el Colectivo gracias a la contribución de dos proyectos “Mauricio López de la UNC”. Este tipo de emprendimiento hace falta para visibilizar y crear conciencia en la sociedad de la situación de los niñes como Celeste.
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